Con esta mezcla. rellenaremos el bizcocho (usé mi súper molde nuevo de 15cm.) que partiremos en varias capas. Si tenemos una lira, con la lira, si nos apañamos a cuchillo, a cuchillo y si no...con el truco del hilo, que conté en la receta de la Tarta de Poker. 

Una vez relleno generosamente, la cobramos bien también y dejamos en el frito para que se asiente un poco. Como veis este bizcocho no necesita que le pongamos almíbar ya que es jugosísimo. 

Para decorar la tarta usé fondant de colores verde pistacho, morado y negro. Tres días antes de la fecha, comencé a modelar el zapato en fondant. Me descargué una plantilla que imprimí y con ella corté cada una de las piezas. No tenía más misterio, la verdad. Monté todo usando bolitas de papel de cocina para que cogiera la forma y pegué todo con pegamento comestible. 

Ya estaba convencida de que esta tarta se haría sola cuando un día después..... misteriosamente se rompió!!!!! Noooooooo..... Intenté de mil maneras pegarla de nuevo pero no aguantaba así que a dos días escasos me vi sin suficiente fondant verde para repetir el zapato.

Al día siguiente (ya viernes) corriendo fui a comprar para por la tarde poder hacer otro zapato.  Esta vez me pillaba el todo, seguro! Hice el zapato y al meterme en la cama crucé los dedos para que estuviera sano y salvo al levantarme por la mañana...

Estaba bien pero esta vez fui yo la que casi se lo carga, ya que no estaba seco del todo y al manejarlo para ponerlo sobre la tarta, comenzó a resquebrajarse. Qué mal rato... Aún así, pude apañarla y el resultado fue estupendo.  La tarta fue un éxito y a la cumpleañera le encantó. 

 ¡¡¡¡Felicidades Eva!!!!! 

Miradla qué contenta con su tarta y sus velitas.